Luego
de tener su primera salida juntos, era hora de volver a la casa. El
padre había sido claramente terminante “Ojito vos”. ¡Ante todo hay que
dar buena impresión!
Ya en la puerta de entrada uno propone. ¿Por qué no pasar al patio?
Sin hacer ruido (lo que menos se busca es que la vecina chismosa tenga
motivos para ventilar mañana) se adentran hasta el final del pasillo.
Casi como haciendo trampa, espían por la puerta para ver si hay alguna
luz encendida. Y al comprobar que todos duermen, se abrazan y se dan un
tímido pero apasionado beso.
...“hasta mañana”…
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